A ti te encontré en la calle

A ti te encontré en la calle, una tarde de junio una barbacoa con unos amigos, a ti te encontré saliendo de un coche rojo con una camiseta verde. A ti te encontré con una sonrisa en los labios y con cansancio en la mirada.
Te vi a mi lado y sin darme cuenta clavé mis ojos en tu espalda, en tu sonrisa. Pasé la tarde a tu lado, y con una escopeta de perdigones pasamos la tarde tirando tiros a unas latas.
No sé como acabé en tu cama, no sé como acabé entre tus brazos pero lo cierto es que sucedió.
Sucedió siempre dije que no sucedería. Recuerdo el camino de ida a tu casa, adelantarte con el coche, mirarte a los ojos.
Salir por la puerta del garaje, entrar en tu casa; sentir tus brazos alrededor de mi cuerpo, tus labios en mi cuello, en mi boca.
Tengo grabados los cuadros que hay en tu salón, el olor de tus sábanas, la suavidad de tus toallas. También tengo tu libro en la cabecera de mi cama, también tengo el recuerdo de no haber podido dormir en toda la noche.
Fue noche a tu lado y desee escapar de tu lado, no sentir no querer. Salí corriendo y deje el teléfono a tu lado.
Un mes después tenerte conmigo de nuevo fue fantástico, el fútbol es genial, la semifinal y la final de la Eurocopa han sido perfectas.
Adoro llegar el lunes con sueño atrasado y el cansancio en el cuerpo, adoro la fatiga de hacer el amor contigo durante horas, adoro sentirme a tu lado como si te conociera de toda la vida, sin temor y con un sexo fluido y cálido.
Sé que esta relación no tiene futuro, pero no puedo evitar querer volver a tenerte entre mis brazos. El último día que te quise, no pude dejar de mirar el tatuaje de tu espalda, no pude dejar de preguntarme quien eres. El último día me enviaste señales que no entendí y me dijiste que no nos volveríamos a ver hasta después del verano, y yo deseo tenerte a mi lado y volver a hacer el amor contigo y volver a llegar dormida al trabajo y volver a sentir el dolor en todo el cuerpo, llena de amor, llena de ti.

No tiene futuro, ningún futuro, pero quiero volver, sé que tal vez no vuelva a tener mas noches de pasión a tu lado, puede que no vuelva a tener la suerte de tenerte entre las piernas, de tener ese maravilloso sexo contigo, puede que no vuelta a tenerlo, pero el recuerdo, el breve recuerdo de haber estado contigo cuatro noches, es suficiente par que mi alma se llene de ti. Maravilloso desconocido incognita camiante que no puedo conocer ni controlar.

El destino nos une de nuevo.

Hoy estoy nerviosa, estoy terminando de planear volver a teneros a mi lado, felinos míos.
El día 28 iré a buscaros a Asturias, volveré a ver vuestros ojillos después de dos años, y me duele tanto...
Después de dos años os tendré entre mis brazos y tengo miedo, porque sé que no me conoceréis, sé que huiréis de mi porque después de tanto tiempo no me vais a conocer.
Sé que vuestra vuelta a casa, será dura, la casa todavía no está preparada para vivir en ella, y en por lo menos un mes estaréis casi solos, sin vivir con nadie. Sé que vendréis a casa con nudos en el pelo, sin vacunar desde hace dos años y sin desparasitar tampoco. Sé que un nuevo cambio en vuestras vidas será duro, sé que os costará adaptaros a todos estos cambios, sé que será muy traumático para vosotros.

No puedo hacer más que pedir perdón, perdón por huir como lo hice, pero no podía estar con vosotros. Sé que lloraré cuando os vea, y sé que sufriré todo el dolor que he estado ahogando durante estos dos años.

Seguro que si alguien me lee, y no tiene gatos, se reirá a mandíbula batiente de esto que estoy escribiendo, pero aquellos que tenéis animales, aquellos que habéis criado a vuestros niños desde el mes y medio de nacer, sabéis por todo lo que he pasado y por todo lo que voy a pasar.

Mi gata está sin operar, el pobre animal habrá pasado por mil celos y solo dios sabe como está, después de dos años volverán a comer pienso decente, a dormir caliente, a sentir amor. No sé como ese ser humano ha sido capaz de dejarlos tan desatendidos, puede que les haya dado amor pero los ha dejado abandonados, y yo ahora corriendo retomo su tutela, la retomo deprisa, sin poder preparar las cosas como ellos se merecen.

Les pediré perdón cuando les vea, les rogaré que perdonen aquella humana loca que los dejó una madrugada de Abril para irse corriendo porque no podía más, les pediré que me perdonen por no mirar sus fotos durante dos años, porque el dolor era muy grande, les rogaré que nunca más me dejen, y lucharé para que estén a mi lado y compensar todo lo malo que sufrieron.

No sé si seré capaz de lograr el perdón de mis niños, pero sé que lucharé para que sean felices. Os quiero niños míos y descuento los días para estar a vuestro lado.

Enamorada del amor.

Definitivamente soy una enamorada del amor, los cuentos de hadas debieron hacer una huella enorme en mi corazón, en mi intelecto y en mi subconsciente. No sé en que momento de mi educación cometí el error de aceptar por cierto el hecho de que el amor existe y no solamente eso, sino que tengo derecho a él.

Cuando conozco a alguien, a alguien fuera de mi círculo social, alguien que no es amigo de amigo, ni jefe, ni familiar, algo dentro de mi hace "clic" y se enciende el interruptor mediante el cual se pone en marcha mi enamoramiento. Cuando dicho enamoramiento empieza, mi cabeza se llena de pájaros y no soy capaz de pensar racionalmente.

Idealizo a la persona de una manera exagerada, no soy capaz de verle defectos, no soy capaz de discernir la realidad y confundo un gesto de educación o cariño con una señal inequívoca de amor verdadero. Espero que esta forma de ser tan caótica y extraña se me vaya pasando, porque solo me va a servir para tener equívocos y estropear posibles relaciones de amistad.

Planeando mudarme.

Desde que Moltke me dijo que ya no podía tener mas a mis felinos, y yo me pasase el fin de semana llorando como si no hubiera mañana, tomé la sabia decisión de buscar vivienda.

Después de dos años sin una mudanza yo creo que es porque ya lo hecho de menos, o porque soy masoca, o porque estoy loca, o porque mi vida es muy aburrida, y no da mas salsa a una vida que una mudanza.

Estoy buscando una vivienda, medianamente digna cerca de casa, cerca del trabajo y cerca del coche, una vivienda que me ha a doler mucho pagar porque me va  a dejar en mínimos económicos pero que es necesaria para mi y para mis felinos, tengo la esperanza de poder traerlos pronto, tenerlos al lado y que me reconozcan después de dos años sin verme, pobres.

Yo estoy busca que te busca, en los huecos que me deja el trabajo, viendo viviendas que no puedo pagar o verdaderos antros donde no viviría, espero encontrar un término medio, como todo en esa vida, algo normal con lo que seguir adelante.

Lágrimas negras.

Esta es una joya que me regaló alguien que conocí muy efimeramente en un chat, alguien que me hizo soñar que podía haber algo en el mundo que mereciera la pena, alguien que como siempre, era solo un sueño.

Renovación total.

Cada vez que huyo de ti, no sé como lo hago, pero acabo más cerca. Me creo más lista que mis propios sentimientos y al final del camino vuelvo a estar acorralada.

A veces, sin querer proponermelo pienso que a tu lado voy a estar mejor, que por fin vamos a encontrar es punto intermedio que nos hace sentir el amor correspondido, pero luego, por cosas de la vida, dejo de verte como un sueño y te veo como realmente eres: Qué horrible es la realidad.

Este fin de semana que he pasado a tu lado, ha sido bonito en esencia, he disfrutado de unos minutos a tu lado, he disfrutado de momentos de pasión. Pero tonta de mi, por mi temor a volver a ver tus ojos, volver a sentir lo que sentí en verano he levantado todas las barreras, toda la ironía, toda la indiferencia, todas las defensas de las que dispongo. Me he distanciado en las conversaciones, he buscado todos los defectos que he podido encontrar en ti, no he querido dormir a tu lado, he huido de tus brazos, y poco a poco, sin darme cuenta, me he provocado dolor a mi misma.

No he disfrutado de cada instante, de cada segundo, he vivido como si los segundos a tu lado me sobraran; había momentos en los que realmente me sobrabas y momentos en los que te eché de menos. No sé como acepte estar contigo todo el fin de semana si en el fondo sabia que iba a sentir dolor, no sé porque he querido pasar por esto una y otra vez, sabiendo que mi temor de despertar a tu lado iba a estropear los momentos buenos, no sé como accedí a fingir que no sentía nada, cuando sabia que tendría que emplearme al máximo para ser indiferente.

¿Qué he conseguido?, nada. Solo dolor y pérdida, solo el vacío acentuado a la enésima potencia, solo mirar atrás y saber, que aunque te tenia al lado te tenia muy lejos, que aunque estaba deseando acariciarte, una parte de mi queria huir. Huir del posible dolor que me ibas a provocar, y el daño, tonta de mi me lo provoque yo.

No hay forma humana de reparar el pasado, de mejorar impresiones, de arreglar los entuertos, no hay forma de volver a encarrilar esto de ninguna manera. Ahora, ¿Qué somos?, y la respuesta es tan sencilla y tan vacía como NADA, no somos nada.

He intentado convencerme de que queda una entrañable amistad entre nosotros, y puede que sea cierto, que algo de amigos quede de todo este desastre. Pero sé y lo sabemos los dos que esta amistad se desgarro poco a poco y que este fin de semana no ha ayudado para arreglar esto. No sé con qué intenciones ibas tu a aquella casa rural, yo tampoco tengo muy claro las mías. Mas si nos ponemos a pensar ninguno de los dos habló de sus sentimientos, ninguno de los dos apostó por el amor. Yo porque ya probé la amarga medicina en verano, tu porque no sentías nada o es más cómodo así.

Luego me lloras, te quejas de tu convivencia con tus compañeras de piso, me dices que las va a echar, que no hay remedio, que imponen sus normas y te tienen harto, pero cuando te animo a ello, cuando te digo que has de vivir tu vida y disfrutarla, entonces me echas en cara que no sé por lo que pasas, que es muy fácil hablar desde la barrera y yo me digo una vez más, nunca más, nunca más.

Me digo que nunca volveré a dar un consejo a alguien que no lo sabe coger, y no solo eso, sino a alguien que no tiene valor a afrontar su propia vida, alguien que me confiesa que ha aguantado durante siete años una convivencia que le amargaba solo por el mero hecho de su temor a estar solo, ¿ Y tu eres capaz de juzgarme a mi?, y ¿cuando te digo que puedes salir, porque yo salí, te revuelves como un perro rabioso y me muerdes la mano?.

Nada nos une, cada día menos cosas nos unen, y me da miedo el día que no nos una nada, me da miedo porque sé que está cerca el día en el que sienta por ti indiferencia, y me da miedo porque ese sentimiento muerto me hará mas daño que todos los sufrimientos que me ha causado mi amor por ti hasta ahora, sé que ese vacío no será fácil de llenar, sé que a pesar de todo querría estar a tu lado y tenerte conmigo, sé que a pesar de lo incompatibles que somos en nuestra forma de pensar y ver la vida, daría todo, por tenerte a mi lado una tarde de abril acariciando mi mano y paseando el uno al lado del otro, sé que lo daría todo por poder ahogarme en tus ojos azules y no salir de allí nunca, por morir de amor entre tus brazos una noche de Agosto en medio del bosque.

No llames a mi puerta.

No llames a mi puerta, porque te dejaré entrar. No llames a mi puerta, porque tendré la tentación de abrirte,de dejarte pasar, de olvidar tu abandono y perdonar mi soledad a tu lado.

No llames a mi puerta como si no hubiera pasado nada, porque mi mente, tan caprichosa, olvidará todo el dolor y te dejaré entrar.

Y entrarás sin medida, como entras siempre cuando te abro la puerta, entrarás hasta la cocina y no podré echarte, y si lo consigo te echaré tarde y mal. Te echaré después de dos meses acampado en mis recuerdos, te echaré a pesar de tener el sabor de ti en mis labios.

¿Por qué llamas otra vez, si te había olvidado?, si te había dejado ir, si había jurado no volver a tus brazos, si había rendido mis armas, si había dejado de luchar, porque vuelves y me llenas la cabeza de pájaros a pesar de no haberme hecho ni una sola promesa.

Me pierdo en tus ojos, y me pierdo en tus palabras, en tus promesas no echas, en tu frío; no puedo evitar abrir la puerta a tu invierno. Y luego te vas, y dejas ese frío helador en mi corazón , y me cuesta tanto calentar de nuevo mi corazón muerto.

No llames a mi puerta porque volveré a abrirte y como siempre, me volverás ha hacer daño.

Dos canciones.

Esta canción de Alejandro Fernández es una canción que adoro, pero que no puedo desligar a mis momentos más tristes, en la árida meseta castellada, sufriendo calor y soledad, era una canción que él no escuchó y que aunque escuchara, no interpretó nunca, es la imagen de una pérdida, de un adiós.

Es una canción que me recuerda a alguien especial, que me dió un mágico Sábado y que me hace pensar en que me encantaría que estuviera a mi lado y no tan lejos. A mi lado sentimentalmente, no me imporaria la distancia, no me importaria nada, pero sé que no estará conmigo ni sentimentalmente ni a mi lado. Qué pena!!